La experiencia contribuye a generar las diferencias sustanciales que existen en cuanto a la cantidad y la exactitud de las ideas que tenemos acerca de nuestras aptitudes. Algunos hemos pasado por la vida relativamente protegidos, sin enfrentar desafíos, de modo que las ideas que tenemos acerca de nuestras aptitudes no han sido puestas a prueba. Otros, en cambio, se han visto a menudo forzados a confrontar sus ideas con la realidad.
A veces aprendemos en forma directa por la confrontación con la naturaleza o con una tarea, generándose así un fugaz y brillante destello de autoconocimiento. Aunque el novelista John Barth afirme que “ver dentro de uno mismo implica siempre malas noticias”, considero que esto se aplica más a nuestros deseos que a nuestra real capacidad. El conocimiento de nuestras aptitudes implica casi siempre buenas noticias, ya que conduce a una acción racional.
Albert Einstein, por ejemplo, explicaba de este modo por qué había elegido la física y no la matemática como campo de estudio:
"Ello se debió, obviamente, al hecho de que en el terreno de la matemática mi intuición no era lo bastante fuerte como para diferenciar con claridad las cosas de importancia fundamental, lo realmente básico, de la erudición más o menos prescindible. En este campo (la física) pronto aprendí a distinguir aquello que podía conducir hacia lo funda mental, y a apartarme de todo lo demás, de la multitud de cosas que atiborran la mente y la distraen de lo esencial".
Algunas de las cosas que creemos acerca de nuestras aptitudes son equivocadas. Cometemos errores significativos incluso respecto de características como la inteligencia, aun cuando todo haría suponer que hemos tenido ocasión de ponerla a prueba muchas veces. Nos consideramos estúpidos, brillantes o término medio, según lo que nos dijeron nuestros padres y hermanos, según las notas que obtuvimos en la escuela, los tests de inteligencia, los éxitos en el trabajo y nuestras experiencias en la resolución de problemas. No obstante, la comparación entre las autoevaluaciones y los resultados de los tests de inteligencia revela gruesos errores de sobreestimación y subestimación.
Mihalhy Csikszentmihalyi
13/11/09
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