En 1917, Rusia despojó el rango a todos sus oficiales,. Los oficiales se encargaban de la limpieza de sus propios alojamientos, comían con la tropa y se ponían en fila junto a los ordenanzas. No recibían especiales privilegios, saludos o títulos. De la noche a la mañana, la organización se convirtió en el ejercito más desastroso que jamás haya conocido la historia.
Los oficiales estaban completamente desmoralizados. Carecían de valor como soldados y no digamos nada de la forma en que asumían sus responsabilidades de oficiales.
Tan pronto como se comprendió lo que estaba pasando, Rusia devolvió su categoría a los oficiales.
En su monstruoso error, Rusia había menospreciado un claro y apremiante impulso del comportamiento humano. ¡Rusia averiguó que, para conseguir que se hagan las cosas en una sociedad organizada, hay que otorgar prestigio a la gente!
La lección se aprendió muy bien. Hoy en día, en Rusia las medallas, los trofeos y lo títulos se utilizan profusamente para distinguir a todos los sectores de la sociedad.
La lección se aprendió muy bien. Hoy en día, en Rusia las medallas, los trofeos y lo títulos se utilizan profusamente para distinguir a todos los sectores de la sociedad.
M. R. Kopmeyer
No hay comentarios:
Publicar un comentario