25/10/09

Akio Morita, un Japón en ruinas, unos miles de yenes e infinita creatividad



Así nació Sony, con Akio Morita, su legendario fundador, quien fue un empresario de sabiduría oriental: "No tema equivocarse. Pero no cometa el mismo error dos veces"

Nacido en 1921 en la ciudad japonesa de Nagoya en el hogar de un fabricante de sake, la inagotable creatividad de Akio Morita le tenía reservado un pedestal destacado entre los hombres de negocios del siglo XX.

Entre los edificios derruidos del Japón de posguerra, en 1946, este ex oficial de marina fundó con un amigo la Tokio Telecommunications Engineering (rebautizada como Sony en 1960) con un capital de apenas 190.000 yenes.

En los sesenta años por venir, su empresa sería una impresionante máquina de innovar. En 1957, lanzó la primera radio de bolsillo. Tres años más tarde, el primer televisor a transistores del mundo.

En los setenta y ochenta, mantuvo su liderazgo en la creación de bienes electrónicos de consumo. De los centros de investigación de Sony salieron el Walkman, el compact-disc (desarrollado en sociedad con Philips) y el televisor Trinitron.

Bajo el liderazgo de Morita, la empresa se expandió geográficamente a los cuatro rincones de la tierra, siendo la primera firma electrónica japonesa en instalar una fábrica en los Estados Unidos. Más adelante, también diversificó sus actividades hacia la industria discográfica con la creación de Sony Music y el cine, con la compra de Columbia Pictures en 1989.

Akio Morita falleció en 1999. ¿Su legado? Una de las marcas más prestigiosas del mundo en la fabricación de artículos electrónicos. Nada mal para un muchacho que había empezado a los 25 años con apenas 190.000 yenes en un país en ruinas.

Pero el impulso innovador de Sony no murió con su fundador. Hoy, la compañía es una jugadora importante en la mayoría de los mercados de bienes de consumo tecnológico. De sus fábricas salen cámaras digitales, televisores, consolas de video juegos, computadoras portátiles y de escritorio, reproductores de mp3 y DVD... La lista es interminable.

En los primeros años del siglo XXI, de la mano de ingeniosas campañas publicitarias, nuevas marcas de Sony se posicionan en lo más alto de los mercados globales. La línea de computadoras Vaio, los televisores Bravia y la célebre PlayStation 2 son algunos de los nuevos íconos de una empresa que se ha convertido en sinónimo de tecnología.

1 comentario:

  1. Me recuerda en otro ámbito a Enric Bernat Fontlladosa (1923-2003) nació en Barcelona. Nacido y criado entre dulces. No obstante, sus comienzos hay que buscarlos en la sociedad quesera Massanes i Grau, en la que hizo de todo: aprendiz, dependiente, administrativo y viajante. Entre tanto trabajaba, realizó hasta 4º de Bachillerato y luego, tres cursos de Comercio. Finalizado el servicio militar, en 1950 inauguró su primera empresa confitera, Productos Bernat. A esta sociedad, especializada en la elaboración de peladillas, estuvo vinculado hasta 1954, en que el empresario Domingo Massanes le propuso hacerse cargo del grupo Granja Asturias, dedicado a la fabricación de productos relacionados con la manzana. Entre 1956 y 1957 tuvo la idea de hacer un caramelo que se pudiera agarrar con un palo. La inspiración le vino de dos hechos: el mayor consumidor de caramelos es el público infantil y éste acostumbra a sacarse el dulce de la boca con la mano. La decisión de Bernat de destinar la producción de Granja Asturias al nuevo producto despertó el recelo de sus socios, que decidieron desentenderse del nuevo proyecto. Pese a quedarse sólo, Bernat se lanzó de lleno a su nueva aventura, que nació con el nombre de Chups. Para asegurarse la rentabilidad del producto, en 1959 adquirió todas las patentes que pudieran competir con su invento. Luego pasó a aprovisionarse de la madera necesaria para la elaboración del caramelo y a contratar la maquinaria adecuada.
    Curiosamente fijó un precio sensiblemente alto para aquellos tiempos, a fin de asociar el nuevo producto con la imagen de calidad que él deseaba. En 1961, el nombre de la golosina quedó definitivamente concretado en Chupa Chups. Bernat se remitió al anuncio con que se presentaba al público: Es redondo y dura mucho, Chupa Chups. Tres años más tarde reconvertía Granja Asturias en Chupa Chups, SA, cuyos socios eran, a parte de él, su padre y su mujer. Se iniciaba así el camino de esta empresa estrictamente familiar.
    Ante el éxito de la idea, en 1967 se construye una nueva fábrica en Sant Esteve de Sesrovires (Barcelona), cuya producción, unida a la planta asturiana, sitúan a la compañía en disposición para exportar.
    Con la vista puesta en los mercados exteriores, el producto necesitaba de un nuevo logotipo, del que, por una tarifa millonaria, se encargó de realizar Salvador Dalí, y que daría la vuelta al mundo. En ese momento, también se sustituye el palo de madera por uno de plástico, más higiénico y seguro. En 1981 nace Chupa Chups Diversificación y unos años más tarde, en 1986, Comercial Regalín, dedicada a la producción de caramelos, grageas, regaliz y otros productos de confitería. Los ochenta se inician con la reconversión de las oficinas comerciales en distribuidoras propias. En 1988, la empresa alcanza la mítica cifra de 20.000 millones de unidades vendidas en todo el mundo. Al año siguiente, Bernat afronta la aventura soviética. En 1995, la filial rusa ubicada en San Petersburgo factura casi 3.000 millones de pesetas.

    Innovar con la convicción de estar en el camino adecuado es la mejor fórmula para afrontar situaciones como la actual.

    Enhorabuena por el blog.

    un saludo. mari cruz

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