6/10/09

Éxito y Trabajo

"Todo avance y progreso se da a través de ideas, no de fuerza física ni fuerza mecánica".
Ralph Waldo Emerson

¿Alguna vez se preguntó por qué una persona exitosa aparentemente logra hacer más cantidad de trabajo que el común de la gente en el mismo tiempo? ¿Porque trabaja más?

Puede ser, pero mi experiencia personal me dice que, por muchas razones, la gente exitosa no trabaja tanto. El motivo principal, por supuesto, es que “si uno hace lo que le gusta, jamás le dará mucho trabajo hacerlo”. Esa sabia idea a menudo pasa de generación en generación, pero creo que es más que eso. Creo que la Física moderna tiene la respuesta que buscamos, en la teoría de la relatividad de Einstein. El secreto está en que el tiempo no es algo rígido, sino flexible y que puede, por lo tanto, manipularse. ¡Es posible controlar el y usted tiene el poder de hacerlo!

Ya sabemos que los pensamientos y, según mi criterio, las emociones también, se transforman en moléculas llamadas neuropéptidos, y que estas moléculas pueden proyectarse. Para ello, tienen que poder moverse. La proyección indica movimiento.

Pues bien, si tenemos en cuenta algunos viejos dichos como “mi mente funcionaba a mil kilómetros por hora” o “cargas con el peso del mundo sobre tus espaldas” y prestamos atención a la teoría de la relatividad, notaremos que existe entre ellas una interesante relación.

Y, si además agregamos el principal ingrediente del éxito, la concentración, llegaremos también a varias preguntas interesantes.

¿Y si la capacidad de concentración nos permitiera aumentar la velocidad de los neuropéptidos al pensar? ¿Y si la concentración nos permitiera aumentar drásticamente la velocidad de estas moléculas del pensamiento con respecto a la velocidad de la luz? Experimentaríamos la disminución de la velocidad del tiempo! Acaso, cuando vamos al dentista, el hecho de concentrarnos demasiado en la acción de estar sentados en el sillón, ¿no nos hace parecer que el tiempo pasa lentamente e incluso mucho más lento de lo que transcurre en realidad? Si la concentración, al acelerar la velocidad de los neuropéptidos, nos permite controlar el tiempo, ya sea de manera consciente o inconsciente, ¿se imagina lo que puede pasar si lo ha cemos de manera consciente para lograr alcanzar el éxito?

Si analizamos las frases “mi mente funcionaba a mil kilómetros por hora” o “cargas con el peso del mundo sobre tus espaldas”, podemos llegar a asombrarnos por la sabiduría innata que encierran muchas de estas frases antiguas. ¿Cómo sabían, hace tantos años, que la masa de una molécula del pensamiento se incrementaba con el aumento de la velocidad del pensamiento concentrado y que en verdad aumentaba su peso? Una vez más, es prueba de que no hay nada que no se sepa, sino sólo cosas que aún no hemos descubierto o experimentado.

El hecho de reconocer que el espacio constituye un medio comunicativo resulta muy valioso para la búsqueda del éxito dado que, corno dijimos anteriormente, más del 65 por ciento de la comunicación interpersonal es no verbal y se da a través de ese espacio.

De hecho, hasta las vibraciones que el oído y el cerebro convierten en sonido primero deben viajar por este medio.
En los entrenamientos de ventas, enseñamos que, cuando uno hace una demostración de un producto, el comprador apenas escucha lo que se le está diciendo. La prueba está en que sola mente es capaz de repetir una mínima parte de lo que el vendedor le ha dicho.

Lo que el comprador está haciendo, consciente o inconscientemente, es tratar de “ver” la verdad, está “escuchando con los ojos”. Lo que está tratando de averiguar es la ética y la motivación del vendedor. Eso se comunica de manera no verbal.

Zig Ziglar

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