Visión es la visualización de una situación futura y deseable, que se aspira a lograr en un horizonte algo lejano, aunque no necesariamente esté claro el camino para ello.
El concepto de visión es distinto del de estrategia. La estrategia de una organización se asemeja a un plan arquitectónico: un diseño claramente trazado que muestra lo que debe hacerse para alcanzar el éxito. Una visión es similar al boceto que ofrece el arquitecto de un edificio en construcción.
Una visión entusiasma a la gente como no puede hacerlo un plano, por bien dibujado que esté.
La visión generalmente es una versión positiva del futuro, que proporciona cierta sensación de control sobre el devenir. Una visión puede ser individual, institucional, empresarial y aun nacional.
Una visión no son cifras, que son consecuencia de los objetivos. Una visión:
* Está dada por un líder.
* Es compartida.
* Tiene sentido de dirección, con decisión hacia la meta.
* Es amplia y detallada (para que tenga éxito): qué, cómo, cuándo, dónde, por qué, quiénes.
* Es positiva y alentadora. Tiene alcance y debe justificar el esfuerzo.
La visión de futuro puede determinar el destino de una persona, de una empresa o de una nación.
Una visión creíble y verdaderamente integrada dinamiza a la gente y puede reanimar a empleados descontentos y rutinarios. Aporta verdadero desafío y propósito. Hace que cada individuo sienta que él o ella puede modificar su entorno y su vida laboral.
La visión no puede consistir en un logro relacionado sólo con las ganancias de la compañía.
Si el enunciado de una visión consistiera, por ejemplo, en: ‘Maximizar el valor de la inversión de los accionistas’, habría que reflexionar de esta manera: ‘¿Es posible imaginar a la telefonista entusiasmándose ante la idea de ‘maximizar el valor de la inversión de los accionistas?’
No es posible imaginarlo, por lo tanto ese enunciado de visión no es válido.
Además de inspirar a la gente, una visión bien concebida orienta a la hora de decidir.
Una imagen compartida de lo que la empresa debería hacer promueve la acción independiente, el entusiasmo, el sentimiento de poder y la disposición a afrontar riesgos para hacer lo que, según se percibe, es apropiado.
En un mundo empresario que cambia tan rápido, las organizaciones no pueden darse el lujo de esperar mientras las decisiones se elaboran sólo ‘a alto nivel’. Todas las personas que forman una empresa necesitan como guía una visión clara que les permita encauzar sus propios actos de un modo consecuente con las metas de la empresa.
Abel Cortese
No hay comentarios:
Publicar un comentario