EL SABER POPULAR DICE: Los títulos tienen importancia.
LA BIOLOGÍA DEL ÉXITO DICE: Procure crearse una historia vital que alimente el éxito.
NARRAR LA HISTORIA
La mayoría de estadounidenses no hablan sobre un gran éxito, sino sobre una gran historia de éxito. La mayoría de los éxitos no aparecen de repente, ya plenamente formados, sino que florecen a lo largo de los años, e incluso de decenios.
La parte más esencial de nuestra cultura aparece reflejada en la expresión ‘historia de éxito’: la del harapiento Horatio Alger, que alcanza la riqueza; la del descubrimiento de una gran actriz después de años de permanecer en la oscuridad; la del gran novelista que obtiene el Premio Nobel al final de su vida, después de años de exilio político. Alabamos la historia del hombre o la mujer que llega a un nuevo país sin nada y alcanza las mayores riquezas o la fama. No obstante, la alegría de su éxito no estriba en haber conseguido un título o un premio, ni en la posesión de una abultada cuenta bancaria, sino en el disfrute a lo largo del viaje.
Pasé una velada con la ya fallecida Trudy Elion, una bioquímica extremadamente humilde y entregada. Me contó su historia. Empezó a trabajar el Día de la Bandera de 1944. Trabajaba en el metabolismo del ácido nucleico. Aunque todavía faltaban casi diez años para que Watson y Crick descubrieran el ADN, ella ya sospechaba su existencia y que tenía un papel importante en el crecimiento de los virus.
Encontró formas de utilizar medicamentos para bloquear el crecimiento del ADN en los virus sin causar daño a los seres humanos que infectaban. El resultado fue el primer medicamento antivírico verdaderamente efectivo y seguro que se produjo. El resultado de su trabajo fue enorme: medicamentos contra la malaria y el cáncer y todo el nuevo campo de los medicamentos antivíricos. ¡En ningún momento de su narración mencionó que había obtenido el premio Nobel! Lo verdaderamente importante era que aquello constituía su viaje, su trabajo, y sobre todo, su historia. Claro que recibir la medalla del rey de Suecia fue algo realmente emocionante, pero no era esa la historia que ella solía contar.
La mejor estrategia para alcanzar el éxito consiste en imaginar una historia que uno mismo quiera vivir. De ese modo, cuando alguien le pregunte: ‘¿A qué se dedica?’, tendrá usted una historia que deseará contar.
Muchos de nosotros no nos tomamos el tiempo necesario para crearnos con antelación un ‘modelo para el éxito’. Habitualmente, nuestra historia cambia en cada fase de la vida. Cuando somos pequeños, la historia consiste en ver cómo conseguimos la nueva casa de muñecas o el juego de "LA GUERRA DE LAS GALAXIAS" para nuestro cumpleaños. Luego, consiste en ingresar en una magnífica universidad y después en conseguir un gran trabajo. Pero sólo cuando uno se detiene el tiempo suficiente para ponerse a pensar realmente en la historia de su vida que le gustaría contar es posible reunir la concentración y la motivación necesarias para conseguirlo.
Luego, lo que se quiere es vivir la historia.
Piense en las películas más famosas y memorables: LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, TITANIC, EL REY LEÓN, RAÍCES... Todas ellas fueron historias épicas de una vida, historias satisfactorias. Y, lo que es más importante, los protagonistas de cada película encarnaron su historia. Lo mismo puede decirse de los líderes de la vida real. Howard Gardner escribe: ‘Sostengo que los líderes ejercen su influencia de dos formas principales, aunque contrapuestas: a través de las historias o mensajes que comunican, y a través de los rasgos que personifican’.
ENCUENTRE LA HISTORIA QUE HAY DENTRO DE USTED
Al construir su modelo para el éxito, mire en lo más profundo de usted con el fin de descubrir sus necesidades insatisfechas. Tiene que identificar sus necesidades internas más profundas e importantes para luego conectarlas con una historia vital que las satisfaga. Si existe una sola pregunta que quiera hacerse a sí mismo, debería ser: ¿cuál es la historia de mi vida si la dedico a satisfacer esa necesidad? A continuación, pregúntese: ¿Es esa historia inadecuada para mí? Si sus necesidades más profundas fueran la venganza o la destrucción, no es nada probable que se vaya a sentir estupendamente por vivir o contar esa historia. Sea cual fuere su historia, no hay forma posible de sustituir el sencillo y duro trabajo.
William Buckley dice al respecto: ‘No conozco ningún otro modelo para el éxito que la aplicación’.
¿Y si resulta que está haciendo cosas que no desea en su historia? En eso consiste la belleza de vivir su vida según la historia de aquello en lo que le gustaría convertirse: si está engañando, mintiendo o aceptando grandes desvíos sólo por ganar dinero y no quiere que esas acciones queden incluidas en su historia, entonces, simplemente, no las incluya.
7/10/09
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