¿Son nuevos los conceptos que sintetizados en la última entrada sobre 'LA MAGIA DE LA ORGANIZACIÓN'?
Parece que no...
Cuentan los textos antiguos que al Buddha (uno de los más grandes maestros religiosos de la humanidad), se le planteó una cuestión metafísica, y el maestro respondió con una serie de preguntas, poniendo como ejemplo a un carro:
‘¿Son las ruedas el carro ?’, preguntó.
Y sus discípulos respondieron que no.
‘¿Pero puede un carro andar sin ruedas ?’
También aquí la respuesta fue negativa.
‘¿Y son las riendas el carro ?’, volvió a preguntar el Buddha.
‘No’, volvieron a reconocer los discípulos.
‘¿Y sin embargo, puede un carro ser conducido sin las riendas ?’
Forzosamente, la respuesta fue: ‘no’.
‘¿Y es el eje que une a las ruedas el carro?’
‘Tampoco’, dijeron los discípulos.
‘¿Pero puede un carro andar sin el eje?’
Otra vez la negativa.
El Buddha, ya cerca de lograr el efecto que buscaba, preguntó por última vez:
‘¿Es el carro simplemente su piso de madera?’
‘No’, respondieron los discípulos.
‘¿Pero se podría andar en un carro andar sin el piso de madera?’
‘No’, reconocieron los discípulos.
El Buddha, luego de una pausa, preguntó:
‘Entonces, señores, ‘qué es el carro?...’
Sorprende constatar cuán viejos son algunos ‘principios nuevos’.
Ahora sabemos que en la época del Buddha (hace veinticinco siglos) se sabía describir claramente lo que es un organismo complejo o un sistema de elementos.
Lo interesante es constatar que ‘el carro’ (para seguir con el ejemplo) no sólo es la suma de las partes, sino que es algo más: la relación que se establece en la suma de las partes. (¡Qué ridículamente imposible suena tener un carro con las ruedas arriba y la carrocería abajo...!)
Cuando hablamos de organización, hablamos de un sistema, y cuando hablamos de un sistema tenemos que considerar dos principios:
1) Suma de distintas partes
2) Relación entre esas partes
Muchas personas tienen tantas ideas asociadas con la palabra ‘organización’, que la consideran como una identidad o una estructura, y no como una actividad dinámica.
Una organización, entonces, es la coordinación racional de las actividades de un cierto número de personas, que intentan alcanzar una finalidad y objetivo común, mediante la división de las funciones y del trabajo y a través de una jerarquización de la autoridad y de la responsabilidad.
Resumiendo aún más, las cuatro bases de una organización son:
* La coordinación de esfuerzos
* El compromiso de alcanzar objetivos comunes,
* La división del trabajo y
* La jerarquización de la autoridad.
Sin estas cuatro bases, el concepto de organización entra en crisis, por definición.
Abel Cortese
2/10/09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario