2/10/09

Organizar y Departamentalizar

Inteligencia Organizacional: Liderazgo

El verbo ORGANIZAR significa formar un todo con partes dependientes y mutuamente relacionadas, para producir una estructura definida y ordenada. De aquí surge el término organización.

Organización es la subdivisión de las acciones y los deberes en funciones especializadas.
El principal fracaso de cualquier grupo es no contar con una verdadera organización. Al no contar con una verdadera organización, no se es una verdadera organización.

La causa principal de no organizar es simplemente no comprender lo que significa organizar.
La particularidad de la organización, como sistema, es que sus características de causalidad recíproca, de interdependencia, hace que sus elementos se potencien, se neutralicen o se anulen.

Una de las herramientas que cristaliza esa potencialidad (con lo cual nos acercamos ya al organigrama) es la creación de departamentos que se concentran en distintas fases o aspectos de un proceso.

Departamentalizar quiere decir agrupar tareas homogéneas. Es decir, ‘juntar’ las cosas que se hacen dentro de una empresa con algún criterio determinado, que nos indique cuáles son las tareas ‘parecidas’ o que apuntan más o menos a lo mismo.

La departamentalización aparece cuando la organización crece y, en lugar de hacer ‘todos de todo’, resulta crucial, para la supervivencia, dividir tareas y asignarlas a distintas personas que - con el tiempo - se irán convirtiendo en especialistas de la parte que les ha sido encomendada.

Muchas empresas naufragan en este paso crítico de crecimiento, al no saber implementar correctamente (o directamente no implementar) una división estructural en la organización.

La departamentalización puede adoptar el criterio denominado ‘por Propósitos o por Objetivos’, donde la idea es dividir a cada sector en subunidades con objetivos interdependientes.

Y en este concepto es donde comienza a verse la importancia de los organigramas modernos.

Abel Cortese

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