1) Cuando Usted ya se está informando sobre los efectos de la ACTITUD POSITIVA, pregúntese con toda honestidad: ‘¿a mí me gusta que me vaya mal?’
Si su sensata respuesta es negativa, recuerde que, sin dejar de ver la realidad, es mejor el optimismo que el pesimismo. Porque EL QUE NO DEJA DE REPETIR QUE LAS COSAS VAN A SALIR MAL, TIENE MUCHAS POSIBILIDADES DE CONVERTIRSE EN PROFETA.
2) Si ha decidido empezar a ser optimista, o fortalecer su optimismo, EMPIECE POR EL LENGUAJE.
Tenga presente la célebre frase de Montaigne: ‘Al hombre no le hiere tanto lo que sucede como su opinión de lo que sucede’.
Las actitudes negativas provienen de lo que se piensa, y generalmente lo que se piensa se dice. Y lo que se dice - a sí mismo o a otros - refuerza lo que se piensa.
Si la mente la comparamos con un banco, en el que se hacen depósitos de pensamiento negativo o positivo, extraeremos - como en el banco - lo que haya.
¿Y cuál es el problema?
Que la mayoría de nuestros obstáculos son de carácter mental. '¡Ah! - podrá usted objetar -. Los míos no son mentales, los míos son reales'. Puede que eso sea sí, pero su actividad hacia ellos es mental.
El único camino posible para obtener una actitud es el proceso mental, y lo que piense acerca de sus obstáculos, en gran parte, determina lo que haga con ellos. Fórmese la actitud mental de que no puede remover ningún obstáculo y no lo removerá...
Pero fíjese firmemente la idea de que el obstáculo no es tan grande como lo había considerado al principio; mantenga la idea de que lo puede apartar, y, por muy débil que sea el pensamiento positivo, desde el mismo instante que principió el pensar de esta manera, el proceso así inaugurado lo conducirá hasta apartarlo definitivamente".
Por lo tanto, ES IMPRESCINDIBLE EL CONTROL DEL PENSAMIENTO Y DEL LENGUAJE. ESCUCHARSE A SÍ MISMO/A. Recuerde el proverbio chino: "Es mejor encender una pequeña vela que maldecir la oscuridad".
3) Tratar de cambiar sus actitudes y conductas es prácticamente inútil a largo plazo si no examina los paradigmas básicos de los que surgen esas actitudes y conductas.
EL PROBLEMA, MUCHAS VECES, ESTA EN EL MODO EN QUE VEMOS EL PROBLEMA.
SIEMPRE QUE PIENSE QUE EL PROBLEMA ESTA ‘ALLÍ AFUERA’, este pensamiento ES EL PROBLEMA. Otorgamos a lo que está ahí afuera el poder de controlarnos. El paradigma del cambio es, entonces, ‘de afuera hacia adentro’ : lo que está afuera tiene que cambiar antes de que cambiemos nosotros.
El enfoque positivo consiste en cambiar DE ADENTRO HACIA AFUERA : SER distinto, y de esta manera provocar un cambio positivo en lo que está allí afuera : puedo SER más ingenioso, más diligente, más creativo, más cooperativo.
4) Cuando crea que todo está perdido, recuerde que todavía le queda el futuro.
Y en el futuro, es decir, a partir de ahora, lo más importante es su actitud. En palabras de Oliver Wendell Holmes: LO QUE ESTÁ DELANTE DE NOSOTROS Y LO QUE ESTÁ DETRÁS ES POCO IMPORTANTE, COMPARADO CON LO QUE RESIDE EN NUESTRO INTERIOR.
Abel Cortese
No hay comentarios:
Publicar un comentario