Mentales y Materiales
Según Edward de Bono, la efectividad requiere de tres cosas:
1. Control: usted controla sus propios actos y sabe qué está intentando hacer.
2. Confianza: como un buen artesano, confía en que puede hacer la tarea.
3. Disciplina: tener paciencia, perseverancia y concentración.
Otros elementos necesarios:
1) Controlando los pequeños detalles se logran los grandes resultados.
PRACTICAR PEQUEÑAS MEJORAS DIARIAS. TANTO SI LA MEJORA ES INDIVIDUAL O SE PRACTICA EN UN GRUPO, EL EFECTO ACUMULATIVO ES TREMENDO.
2) No confundir actividad con logro. El hábito y la disciplina están orientados a una meta, por lo tanto debe haber un plan de desarrollo.
Pero al hacer el plan, cuidado con la “parálisis de la perfección”.
Recuerde que en un principio no se puede pensar en ser perfectos. Tenga en cuenta el precepto de Winston Churchill: ‘La búsqueda de la perfección se deletrea parálisis’.
3) La pereza y las emociones pueden reducir nuestra efectividad.
Recuerde que la destreza es un derivado. Sin el hábito de la disciplina, no se llegará al desarrollo de nuestras máximas posibilidades. En ese sentido, la pereza puede impedir el comienzo de un plan de trabajo, y las alteraciones emocionales pueden hacerle perder continuidad.
4) Paradójicamente, parte de la destreza es el arte de improvisar. La NECESIDAD puede estimular la destreza, que a su vez puede improvisar las oportunidades.
Porque la destreza también puede ser "la habilidad que posee un individuo para enfrentarse con nuevas situaciones o problemas".
Es lo que ilustra humorísticamente la siguiente anécdota:
‘...el suelo estaba helado, y para disgusto del instructor, nuestra patrulla de reclutas de la fuerza aerea marchaba cautelosamente alrededor de la plaza de armas.
-Claven bien los tacones -gritó-. asi no resbalaran.
Segundos mas tarde, sus pies resbalaron y cayó de cara al piso. sin inmutarse, desde allí aulló con toda su autoridad :
-Y si se resbalan, ésta es la manera de hacerlo... los pies juntos... los brazos extendidos’.
‘SUBIR MONTAÑAS ENCRESPADAS REQUIERE PEQUEÑOS PASOS AL COMIENZO’. William Shakespeare
Entrenamiento significa preparación, ejercicio, adiestramiento, palabra que deriva justamente de ‘destreza’.
El tema podría figurar también en la sección de DESARROLLO FÍSICO, pero como se verá en este capítulo, su inclusión aquí responde a la enorme influencia que tiene la mente en cualquier tipo de entrenamiento.
Como todos sabemos, hay dos tipos de energía: la una es física, o corporal, y la otra es psicológica o mental. De esta última, nadie todavía ha podido medir sus límites precisos, ya que una buena reserva proviene del subconsciente.
El entrenamiento tiene una estrecha relación con el hábito y la disciplina. Bien podría decirse que son sinónimos, o al menos, aspectos indispensables de una misma cuestión.
Y la cuestión es ésta : una vez establecida una meta (decisión), no hay ningún tipo de éxito que no implique la concurrencia de una planificación inteligente de las tareas a realizar, una preparación cuidadosa y sostenida, la voluntad y la paciencia necesarias para ello, y el buen criterio para evaluar la propia performance.
El gran motivador Zig Ziglar lo sintetizó así:
"Cuando estas tres palabras - PLANEAR, PREPARARSE Y ESPERAR- entran en acción, determinan su hoy y su mañana".
1. Control: usted controla sus propios actos y sabe qué está intentando hacer.
2. Confianza: como un buen artesano, confía en que puede hacer la tarea.
3. Disciplina: tener paciencia, perseverancia y concentración.
Otros elementos necesarios:
1) Controlando los pequeños detalles se logran los grandes resultados.
PRACTICAR PEQUEÑAS MEJORAS DIARIAS. TANTO SI LA MEJORA ES INDIVIDUAL O SE PRACTICA EN UN GRUPO, EL EFECTO ACUMULATIVO ES TREMENDO.
2) No confundir actividad con logro. El hábito y la disciplina están orientados a una meta, por lo tanto debe haber un plan de desarrollo.
Pero al hacer el plan, cuidado con la “parálisis de la perfección”.
Recuerde que en un principio no se puede pensar en ser perfectos. Tenga en cuenta el precepto de Winston Churchill: ‘La búsqueda de la perfección se deletrea parálisis’.
3) La pereza y las emociones pueden reducir nuestra efectividad.
Recuerde que la destreza es un derivado. Sin el hábito de la disciplina, no se llegará al desarrollo de nuestras máximas posibilidades. En ese sentido, la pereza puede impedir el comienzo de un plan de trabajo, y las alteraciones emocionales pueden hacerle perder continuidad.
4) Paradójicamente, parte de la destreza es el arte de improvisar. La NECESIDAD puede estimular la destreza, que a su vez puede improvisar las oportunidades.
Porque la destreza también puede ser "la habilidad que posee un individuo para enfrentarse con nuevas situaciones o problemas".
Es lo que ilustra humorísticamente la siguiente anécdota:
‘...el suelo estaba helado, y para disgusto del instructor, nuestra patrulla de reclutas de la fuerza aerea marchaba cautelosamente alrededor de la plaza de armas.
-Claven bien los tacones -gritó-. asi no resbalaran.
Segundos mas tarde, sus pies resbalaron y cayó de cara al piso. sin inmutarse, desde allí aulló con toda su autoridad :
-Y si se resbalan, ésta es la manera de hacerlo... los pies juntos... los brazos extendidos’.
‘SUBIR MONTAÑAS ENCRESPADAS REQUIERE PEQUEÑOS PASOS AL COMIENZO’. William Shakespeare
Entrenamiento significa preparación, ejercicio, adiestramiento, palabra que deriva justamente de ‘destreza’.
El tema podría figurar también en la sección de DESARROLLO FÍSICO, pero como se verá en este capítulo, su inclusión aquí responde a la enorme influencia que tiene la mente en cualquier tipo de entrenamiento.
Como todos sabemos, hay dos tipos de energía: la una es física, o corporal, y la otra es psicológica o mental. De esta última, nadie todavía ha podido medir sus límites precisos, ya que una buena reserva proviene del subconsciente.
El entrenamiento tiene una estrecha relación con el hábito y la disciplina. Bien podría decirse que son sinónimos, o al menos, aspectos indispensables de una misma cuestión.
Y la cuestión es ésta : una vez establecida una meta (decisión), no hay ningún tipo de éxito que no implique la concurrencia de una planificación inteligente de las tareas a realizar, una preparación cuidadosa y sostenida, la voluntad y la paciencia necesarias para ello, y el buen criterio para evaluar la propia performance.
El gran motivador Zig Ziglar lo sintetizó así:
"Cuando estas tres palabras - PLANEAR, PREPARARSE Y ESPERAR- entran en acción, determinan su hoy y su mañana".
Abel Cortese
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