Inteligencia Organizacional: Trabajo en Equipo
El estímulo y las motivaciones son las dos grandes alas de todo trabajo cooperativo.
Estimular es excitar, incitar, mover con viveza a la realización de algo, o acelerar una actividad, operación o función.
El estímulo no es un apoyo blando y dulce. Es una intervención auténtica en la vida de alguien.
El estímulo, en un equipo, debe fluir en cuatro direcciones: arriba, abajo, a lo ancho, y hacia dentro.
Motivar es dar causa o motivo para algo. El término motivo proviene del latín MOTIVUS, de MOTUM, supino de MOVERE, mover. O sea, un motivo es lo que mueve o tiene virtud para mover.
El motivo moviliza hacia la acción. Un motivo precipita la acción.
Es obvio que se necesita un motivo para hacer cualquier cosa bien.
Las principales motivaciones en un trabajo en equipo son similares a las motivaciones individuales, a saber: el deseo de seguridad, el de una oportunidad (económica) y el de ver reconocidos los méritos propios.
La diferencia entre el plano individual y el cooperativo estriba en que, en este último contexto, esas motivaciones se vuelven efectivas cuando se mantienen en perfecto equilibrio psicológico con la comprensión de que el buen funcionamiento del equipo garantiza los deseos o motivaciones personales de cada miembro.
Abel Cortese
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