23/9/09
La práctica de la relajación
Inteligencia Práctica: Administración de la Energía Física
Al principio de la práctica se harán ejercicios breves: de dos a tres minutos.
Los ejercicios se harán al ritmo de dos o tres veces al día, durante el lapso mencionado, y podrán ser más largos después, tanto como se quiera. Se integrarán en la vida cotidiana como cualquier otro ejercicio psico-higiénico.
LAS MEJORES CONDICIONES PARA LA PRÁCTICA SON:
Habitación serena, temperatura media, semioscuridad que atenúe o suprima los estímulos exteriores. Ropa cómoda.
Dice un especialista: “El entrenamiento necesita en primer lugar recogimiento y concentración, que se oponen a la dispersión y distracción, frecuente en los sujetos agotados. Cerrar los ojos, desprenderse del mundo exterior, reencontrarse solo consigo mismo, son otros tantos componentes del recogimiento”.
En cuanto a la postura, debe generar las mínimas tensiones musculares.
La mejor posición es la de acostado; si se realiza sentado, conviene que sea en un sillón con respaldo alto y los brazos anchos. Con la espalda bien apoyada.
Los efectos más notorios de la relajación son la PESADEZ y el CALOR (vasodilatación). En un buen ejercicio de relajación la elevación de la temperatura a nivel del dorso de la mano es de 1 a 1,5 grados.
Por lo tanto, el trabajo fundamental a realizar en la práctica es producir la sensación de pesadez y calor.
El entrenamiento comienza por el brazo derecho (o izquierdo para los zurdos). Trabajar de golpe con todo el organismo es un error, porque la concentración (no dominada) trata de efectuarse en un campo demasiado extenso.
Los efectos relajantes se van logrando con la enunciación (o AFIRMACIÓN) del estado que se
busca. Se comienza diciendo mentalmente: “Mi brazo derecho (o izquierdo) está pesado y caliente, muy pesado y muy caliente”. Todo el entrenamiento, en realidad, podría ser considerado un DIÁLOGO con el cuerpo.
El Dr. Schultz no es la única autoridad médica que ha destacado -aplicándolas- el valor de las afirmaciones y las representaciones. Entre las innumerables autoridades médicas que lo recomiendan, podemos destacar al Dr. Emile Coué, uno de los más conocidos profesionales que trabajó durante años con autosugestión. Otra autoridad médica, por ejemplo, es el Dr. Davis H. Fink, quien en su obra ‘LIBERACIÓN DE UNA TENSIÓN NERVIOSA’, recomienda claramente que le HABLEMOS a nuestro cuerpo.
Volviendo a la PESADEZ, se sabe que esa sensación no puede existir en un período de contracción muscular.
IMPORTANTE: Para alcanzar sin problemas esas sensaciones es necesario evitar la crispación mental sobre ‘la idea’ de pesadez (o la de calor) del brazo. También debe evitarse la repetición mecánica.
Una vez que el brazo derecho se siente pesado y caliente, se repite la fórmula con el brazo izquierdo : “Mi brazo izquierdo está pesado y caliente, muy pesado y muy caliente”.
Se continúa sin apresuramiento, y procediendo sólo cuando cada parte del cuerpo se siente ‘PESADA Y CALIENTE’, en este orden:
1. MANOS - BRAZOS
2. PIES -PIERNAS
3. TORAX
4. BAJO VIENTRE
5. HOMBROS
6. CUELLO
7. ROSTRO
8. 8.BOCA
9. 9.OJOS
10.FRENTE
Al llegar a la frente, la frase clave se transforma en: “mi frente está agradablemente fresca”, ya que una vasocontracción del dominio cefálico comportará una sensación de frescor agradable en la región de la frente, descongestionante y refrescante.
Las manos y los ojos revisten particular importancia. Dice un especialista: “Los ojos y las manos expresan más que ninguna otra zona corporal nuestros estados anímicos. Ellos hablan de nuestras emociones y sentimientos. Son las zonas de mayor atención a relajar, ya que al tenerlos así durante todo el día, es una protección contra el miedo, la ira, la aprensión y la excitación”.
Un factor clave en la relajación es el proceso respiratorio. Es preciso concentrarse en la respiración sin alterar su ritmo o profundidad. Intercalar cada tanto, entre las otras, la fórmula ‘ESTOY RESPIRANDO EN FORMA TOTALMENTE TRANQUILA’. Cualquier modificación voluntaria puede tener efectos perturbadores e implicar contracciones musculares.
Al terminar el ejercicio, PARA SALIR DEL ESTADO DE PROFUNDA RELAJACIÓN: efectuar movimientos sucesivos; hacer varias flexiones y extensiones enérgicas con los brazos, inspirar fuertemente, abrir los ojos, y desperezarse.
Durante la práctica es posible quedarse dormido, lo cual debe ser tomado como un buen síntoma.
PARA PRACTICAR LA RELAJACIÓN
AL DORMIRSE:
1. RELAJACIÓN DE TODO EL CUERPO
2. RELAJACIÓN DE LA CARA
3. RELAJACIÓN DE OJOS Y MANDÍBULA
4. NEGRURA EN TODA LA MENTE. (IMAGINAR UN TELÓN NEGRO, O SIMPLEMENTE PROYECTAR CON LA IMAGINACIÓN UNA ABSOLUTA OSCURIDAD)
Abel Cortese
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