Inteligencia Organizacional: Liderazgo
Para transformar realmente la organización es necesario modificar los comportamientos de las personas que la integran, de forma que abandonen los hábitos y formas de hacer del pasado, para enfocar sus actuaciones hacia la nueva visión.
La experiencia indica que las principales causas de fracaso hacen referencia a factores humanos y no a factores técnicos. Los cambios afectan a las personas de manera significativa, personas que, al fin y al cabo, van a ser las encargadas de abandonar algo conocido por algo nuevo e incierto. Es necesario, por tanto, trabajar sobre los aspectos humanos que favorezcan la adaptación de las personas.
En la mayor parte de los casos, la movilización de la organización se produce cuando se ha llegado a un momento de crisis; cuando la supervivencia está en peligro y las recetas clásicas no están surtiendo el efecto esperado.
Indudablemente, alcanzar esta situación no es fácil, se requiere un fuerte liderazgo, una estructura flexible, personas acostumbradas y dispuestas al cambio, y una dirección estratégica firme y clara.
De cualquier manera, los directivos deben movilizar el entusiasmo de su gente. Ese entusiasmo se materializa a través de retos claramente específicos, que muestren el camino a seguir.
Para lograr que ese entusiasmo no sea efímero, todas las personas de una empresa deben tener acceso a las herramientas necesarias para construir ese cambio, contribuyendo a la obtención de ventajas competitivas.
En el comportamiento humano se evidencia la regla 20-60-20, la cual indica que
el 20% de las personas son inicialmente reacias a cualquier cambio que se produzca,
el 60% se identifican como neutras y
el restante 20% se manifiestan a favor del mismo.
Los gestores del cambio deben impulsar a la gente de tal forma que paulatinamente las personas se involucren a posiciones favorecedoras de la transformación prevista. Para poder actuar en este sentido, es preciso conocer los ciclos de desarrollo y resistencia al cambio:
Ciclo de Desarrollo
La información fomenta la participación activa
La participación activa lleva al compromiso
El compromiso genera resultados
Ciclo de Resistencia
Lo desconocido genera miedo
El miedo provoca comportamientos defensivos
Los comportamientos defensivos fortalecen la resistencia
Por eso, toda iniciativa de cambio o desarrollo organizacional, se completa cuando se logra la internalización, por parte de todas las personas de la empresa, de la nueva situación. Una vez asimilado eficientemente este proceso, la empresa se encuentra en disposición de asumir nuevos retos.
Esta armonía se logra integrando los valores e intereses de cada una de las partes implicadas en la organización (los empleados, los proveedores y los clientes).
Abel Cortese
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