Inteligencia Emocional: Gestión de las Emociones
HASTA LAS PLANTAS CAPTAN EL AFECTO O EL RECHAZO HUMANOS.
Dijo el gran psicólogo William James que ‘EL PRINCIPIO MÁS PROFUNDO DEL CARÁCTER HUMANO ES EL ANHELO DE SER APRECIADO”.
Por ejemplo, hace medio siglo, un niño de diez años trabajaba en una fábrica de Nápoles. Anhelaba ser cantor, pero su primer maestro lo desalentó. Le dijo que no podría cantar jamás, que no tenía voz, que tenía el sonido del viento en las persianas.
Pero su madre, una pobre campesina, le abrazó y ensalzó y le dijo que sí, que sabía que cantaba bien, que ya notaba sus progresos; y anduvo descalza mucho tiempo a fin de economizar el dinero necesario para las lecciones de música de su hijo. Los elogios de aquella campesina, sus palabras de aliento, cambiaron la vida entera de aquel niño. Quizá haya oído usted hablar de él. Se llamaba Enrico Caruso.
Otro ejemplo, narrado por el célebre autor Stephen Covey:
“Tengo un amigo cuyo hijo desarrolló un ávido interés por el béisbol. A mi amigo no le interesaba en absoluto. Pero un verano llevó al chico a ver jugar los principales equipos de la liga. El viaje le llevó más de seis semanas y costó mucho dinero, pero se convirtió en un vínculo fuerte de la relación.
Al volver, a mi amigo le preguntaron: ‘¿Tanto te gusta el béisbol ?’.
‘No’, contestó él, ‘pero me gusta mucho mi hijo’.
Abel Cortese
21/9/09
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