El trabajo que se hace con un espíritu de amor casi siempre es en mayor cantidad y de mejor calidad que el que se desempeña únicamente por dinero.
Cuando un hombre está dedicado a desempeñar un trabajo que le agrada, para él no es penoso trabajar más y mejor por el pago que recibe y por esta misma razón, todo hombre se debe a sí mismo hacer hasta lo imposible para encontrar la clase de trabajo que más le agrade.
El escritor inglés Thomas Carlyle decía: "Bendito es el hombre que ha encontrado su trabajo. Que no pida otra bendición".
Y el Dr. Donald Norfolk señala:
"Puede parecer que se ha convertido en virtud algo que no era más que una necesidad económica básica para quienes vivían en los tugurios industriales del siglo XIX. Sin embargo, es indudable que el trabajo personalmente satisfactorio OTORGA una gran cantidad de bendiciones. Promueve la salud, disipa el aburrimiento, crea riqueza, da sentido a la vida, proporciona una vía para desarrollar la creatividad, la expresión de sí mismo y la habilidad personal, resalta la autoestima y ofrece oportunidades frecuentes de contacto social".
Abel Cortese
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