Podemos mirar con un microscopio los puntos luminosos de una pantalla de televisor en color; veremos chispas sin orden en una base química fosforescente; también podemos retroceder y ver que esas mismas chispas forman una imagen. Una perspectiva detecta orden y significado, producto de la mente; la otra, no. La diferencia entre ambas reside en la perspectiva, no en la cosa en sí.
La importancia de la perspectiva estriba en que la forma en que miramos una situación o un hecho determina lo que haremos o podemos hacer con ellos.
De hecho, son más las cuestiones en que utilizamos sobre todo el área de la percepción, que aquellas bien especializadas que requieren un procesamiento.
Pero tanto la percepción como el proceso del razonamiento pueden ser distorsionados por las emociones, los sentimientos, los prejuicios, y sobre todo, el principio del placer.
Por eso se ha dicho, con acierto, que muchas veces la INTELIGENCIA es la CAPACIDAD de ENTENDER lo que NO NOS GUSTA.
Abel Cortese
5/9/09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario