1/9/09

Cómo desarrollar la fe en sí mismo (I)

* EN PRIMER LUGAR, LA FE EN SÍ MISMO NO ES FE CIEGA.
Dijo el célebre empresario del espectáculo, P. T. Barnum, creador del mundialmente famoso circo que lleva su nombre:

“La gente sólo tiene que hacer lo que aconsejaba Cromwell: ‘No sólo se debe confiar en la Providencia, también se debe conservar la pólvora seca’. Haga su parte del trabajo, o de lo contrario no podrá triunfar. Una noche, mientras acampaban en el desierto, Mahoma escuchó que uno de sus fatigados seguidores hacía la siguiente observación: “Soltaré mi camello y se lo confiaré a Dios”. “No, no es así”, declaró el profeta, “¡Ata tu camello y confíaselo a Dios!”. Haga por sí mismo todo lo que pueda y entonces confíe el resto a la Providencia, la suerte o como quiera llamarla”.

LA FE EN NOSOTROS MISMOS Y EN UNA EMPRESA SE FORTALECE CUANDO APRENDEMOS A RESISTIR LA FRUSTRACIÓN Y EL RECHAZO.

Uno de los elementos claves para el éxito, es el de superar la frustración. Veamos una historia que cuenta Anthony Robbins:

‘Érase una pequeña empresa llamada Federal Express. La fundó un tipo llamado Fred Smith, que acumuló montañas de frustraciones antes de convertirla en un negocio multimillonario. Cuando empezó, después de invertir en la empresa hasta el último centavo, calculaba entregar unos 150 paquetes. En vez de eso, despachó dieciséis, cinco de los cuales fueron enviados por la empresa al domicilio de uno de sus empleados. A partir de aquí las cosas empeoraron. Durante algunas temporadas los empleados se cobraron la nómina en especies porque no había fondos para pagar. Más de una vez los aviones estuvieron a punto de ser embargados; en ocasiones se vieron obligados a cubrir una determinada facturación diaria para no tener que cerrar al día siguiente. Hoy, Federal Express es una compañía que vale muchos miles de millones. La única explicación de que exista todavía es que allí estaba Fred Smith, capaz de encajar frustración tras frustración’.

Otro factor parecido es el aprender a superar el rechazo. Otra vez es Anthony Robbins quien nos ilustra el punto:

‘El desafío más grande para todo aquel que se haya formado en nuestra cultura es la dificultad de superar un ‘no’. ¿Recuerda la pregunta que hacíamos en otro lugar? ‘Qué haría usted si supiera que no puede fracasar?’

Piénselo ahora. Si tuviera la seguridad de no fracasar, ¿influiría ello en su comportamiento? ¿No le permitiría hacer exactamente lo que desea? Así pues, ¿qué se lo impide? Es esa palabra de dos letras, el ‘no’. Para triunfar, usted debe aprender a encajar el rechazo sabiendo cómo despojarlo de todo su poder’. La frustración puede provenir de los errores. Por eso, es necesario aprender a registrar los errores, pero no reaccionar a ellos.

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