
Si asignamos a los niños el atributo de ser excepcionalmente pulcros o gentiles, se sienten inclinados a actuar de tal modo para hacerse merecedores de estos elogios.
Del mismo modo, si elogiamos a nuestros futuros vecinos por su gentileza, se sienten obligados a responder a esta reputación y nos llevan a casa las bolsas del supermercado o cortan el césped de nuestros jardines cuando nos vamos de vacaciones".
Este principio fue ilustrado por el célebre escritor alemán Wolfgang Goethe:
‘TRATE A LAS PERSONAS COMO SON, Y ELLAS PERMANECERÁN ASÍ. TRÁTELAS COMO SI FUESEN LO QUE PUEDEN SER, Y LAS AYUDARÁ A TRANSFORMARSE EN LO QUE SON CAPACES DE SER'.
Abel Cortese
No hay comentarios:
Publicar un comentario