Ha dicho el célebre escritor La Rochefoucauld:
‘LAS PASIONES SON LOS ÚNICOS ORADORES QUE CONVENCEN SIEMPRE. SON COMO UN ARTE DE LA NATURALEZA EN QUE LAS REGLAS FUESEN INFALIBLES ; Y EL HOMBRE MÁS SENCILLO PERSUADE MEJOR QUE EL MÁS ELOCUENTE, SI
AQUÉL ESTÁ ENTUSIASMADO Y ÉSTE NO LO ESTÁ’.
Un ejemplo: Digamos ‘dos millones de libros’ rápidamente y con talante trivial, de modo que parezca una cantidad pequeña.
Digamos ahora ‘doscientos libros’.
Digámoslo lentamente, digámoslo con emoción; digámoslo como si estuviéramos terriblemente asombrados de la enormidad del número.
¿No es verdad que hemos logrado hacer de dos millones una cantidad más pequeña que doscientos?
Abel Cortese
1/9/09
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