Inteligencia Emocional: Habilidades Sociales
Hay muchas formas sencillas pero potentes de ayudar a las personas. Son pequeños actos que todos podemos realizar.
En principio, sonreír todas las veces que sea posible... incluso a personas desconocidas. Tener gestos de cariño para los seres que nos rodean. Mirarlas frecuentemente a los ojos. Preocuparse desinteresadamente por aquellos con quienes se trabaja. Prestarles sincera atención cuando hablan. Dedicarles algún minuto de más. Si una persona tiene un problema, el hecho de prestarle atención puede implicar, para ella, mucho más de lo que suponemos corrientemente.
A los que se sientan deprimidos, podemos decirles: 'Todos tenemos altibajos. Nadie se siente constantemente bien. Mañana volverá a estar mejor'.
Se puede llegar a salvar una vida mostrándole a una persona deprimida que alguien se preocupa por ella.
LA MAGIA DEL APRECIO
Cuando el psicólogo William James estaba trabajando en un libro, enfermó y tuvo que ser internado. Un amigo le envió una planta con una nota de aprecio. Al agradecerle el envío, James dijo que había recordado una omisión en su obra. Dijo que había olvidado LA MÁS PROFUNDA CUALIDAD DE LA NATURALEZA HUMANA: LA NECESIDAD DE APRECIO.
Estudios recientes han demostrado que la insatisfacción laboral se debe más a la falta de aprecio que a todas las demás causas unidas.
El célebre editor B.C. Forbes escribió en la revista FORBES:
"Ningún ser humano puede sentirse auténticamente feliz a menos que goce de la estima de los demás mortales. Quien desee mantener unas fructíferas relaciones con nosotros, jamás debe olvidar que poseemos y estamos poseídos por este orgullo. Una palabra de aprecio puede lograr a menudo lo que ninguna otra cosa podría lograr".
Abel Cortese
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