Al concentrarnos en una sola tarea por vez, no sólo administramos bien el tiempo, sino que ganamos en eficiencia.
Los ejemplos gráficos de este principio pueden encontrarse hasta en el deporte.
Los atletas exitosos saben que deben ejercer una práctica mental específica para funcionar al máximo de sus posibilidades. Un golfista debe ocuparse de cada golpe por separado y no desconcentrarse a causa del grueso error cometido en el agujero anterior, que lo llevó a perder un golpe simple.
Lo mismo se aplica a jugadores de tenis, quienes deben considerar cada jugada como una entidad totalmente diferente, sea un saque magistral que lo condujo a un cinco-cero o una tensionante jugada que le permitirá salvar un match point. Si vivimos cada día como una entidad diferente nos liberamos de los contratiempos del pasado y evitamos las atemorizantes expectativas del futuro.
Ésta fue la política que adoptó el explorador Robert Swann cuando encabezó la exitosa expedición al Polo Sur. “Para protegernos del desaliento”, escribió, “adoptamos una regla básica: cada día era considerado en forma totalmente separado y por sí mismo”.
Napoleón Bonaparte adjudicaba su increíble capacidad de trabajo al siguiente método o actitud: “Cuando he terminado con un tema, cierro el compartimiento y abro otro, de manera que mis diversas tareas nunca se superponen y no me producen confusión ni fatiga”.
La regla más esencial para trabajar eficazmente, es, pues: hacer cada cosa a su tiempo, a fondo, sin prisa y sin agitación.
DIVIDE Y VENCERÁS... CON COLOR
Una forma de mejorar un plan diario consiste en utilizar el color. Escriba en varios colores, o subraye los asuntos a tratar con diversos colores que representen prioridades y niveles de importancia.
Abel Cortese
Los ejemplos gráficos de este principio pueden encontrarse hasta en el deporte.
Los atletas exitosos saben que deben ejercer una práctica mental específica para funcionar al máximo de sus posibilidades. Un golfista debe ocuparse de cada golpe por separado y no desconcentrarse a causa del grueso error cometido en el agujero anterior, que lo llevó a perder un golpe simple.
Lo mismo se aplica a jugadores de tenis, quienes deben considerar cada jugada como una entidad totalmente diferente, sea un saque magistral que lo condujo a un cinco-cero o una tensionante jugada que le permitirá salvar un match point. Si vivimos cada día como una entidad diferente nos liberamos de los contratiempos del pasado y evitamos las atemorizantes expectativas del futuro.
Ésta fue la política que adoptó el explorador Robert Swann cuando encabezó la exitosa expedición al Polo Sur. “Para protegernos del desaliento”, escribió, “adoptamos una regla básica: cada día era considerado en forma totalmente separado y por sí mismo”.
Napoleón Bonaparte adjudicaba su increíble capacidad de trabajo al siguiente método o actitud: “Cuando he terminado con un tema, cierro el compartimiento y abro otro, de manera que mis diversas tareas nunca se superponen y no me producen confusión ni fatiga”.
La regla más esencial para trabajar eficazmente, es, pues: hacer cada cosa a su tiempo, a fondo, sin prisa y sin agitación.
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Una forma de mejorar un plan diario consiste en utilizar el color. Escriba en varios colores, o subraye los asuntos a tratar con diversos colores que representen prioridades y niveles de importancia.
Abel Cortese
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