3/9/09

El legítimo descontento produce inspiración, y es la raíz de todo progreso

EN EL HOMBRE
El gran poeta Robert Browning escribió: "Cuando la lucha de un hombre comienza dentro de sí, ese hombre vale algo".

Thomas Edison
mostró el otro lado del descontento: “Muéstrenme un hombre completamente satisfecho... y yo les mostraré un fracasado”.

EN LAS CIVILIZACIONES
El descontento es lo que hace que los hombres no acepten los límites impuestos por las circunstancias, y se aventuren más allá de los horizontes habituales.

Todos conocemos a individuos cuya madurez y aprendizaje sólo pueden explicarse en términos de un impulso interno, de una curiosidad, de un elemento de búsqueda y exploración en su personalidad.

El capitán William Cook declaraba: "Yo... tenía la ambición no sólo de llegar más lejos de lo que jamás había llegado antes hombre alguno, sino de llegar hasta donde le fuese imposible llegar a cualquier hombre". En la misma forma que la inquieta búsqueda de Cook lo llevó a recorrer la faz de la Tierra, de la misma manera otros hombres se embarcan en odiseas de la mente y el espíritu".

EN LAS ARTES
Ludwig van Beethoven expresó: ‘NO ESTAR JAMÁS SATISFECHO. AQUÍ ESTA TODO EL ARTE’.

Y estar insatisfecho puede significar la mejora en un pequeño detalle.

Bruloff, el gran pintor ruso, corrigió en una ocasión el dibujo de un alumno. El alumno miró asombrado el dibujo, y exclamó:

-¡Cómo! Lo ha reformado usted un poquito, y sin embargo, parece otro dibujo.

Y Bruloff respondió:

-El arte comienza donde comienza el poquito.

El genial pintor Miguel Angel también sentía esto, y lo dijo así: 'La insignificancia hace a la perfección, y la perfección no es ninguna insignificancia'.

EN LAS CIENCIAS
El descontento puede ser la intuición inspiradora de una necesidad que debe ser cubierta, y es el impulso indeclinable de llegar a cubrir esa necesidad, aun partiendo de condiciones desventajosas.

Charles Goodyear, por ejemplo, carecía de formación científica, y no tenía más que instrumentos rudimentarios, como un fogón de cocina, para hacer sus experimentos. Pero se sentía descontento con su situación, y tenía fe ciega en su búsqueda del proceso de vulcanización del caucho, y persistió a pesar de sus necesidades económicas y los contratiempos personales, hasta que descubrió el proceso.

Y esto no sólo es válido para el pasado. Considere esta apreciación de Dwight Eisenhower: "EL 90 POR CIENTO DE TODAS LAS COSAS QUE SE LOGRARÁN EN EL FUTURO, LAS REALIZARÁN PERSONAS QUE NO SE SIENTEN DEMASIADO BIEN CONSIGO MISMAS".

EN EL DEPORTE
Bill Russell
, legendario centrista del equipo de baloncesto Boston Celtics, llevaba registros de su puntaje personal. Después de cada partido se autocalificaba con una escala de uno a cien. En su carrera nunca superó los sesenta y cinco. Dada la manera en que la mayoría pensamos en nuestras metas, consideraríamos a Russell como un abyecto fracaso. El pobre diablo jugó en más de mil doscientos partidos de baloncesto y nunca estuvo a la altura de su propia pauta, que el mismo se había impuesto. Pero la búsqueda de esa pauta lo transformó en el mejor jugador de baloncesto que jamás existió.

Abel Cortese