Las creencias y las ideas se forman con palabras, y se las puede transformar con palabras.
Las palabras determinan también las experiencias, cómo las vivimos, y hasta qué son.
El famoso escritor Norman Cousins trabajó con más de 2000 pacientes. Muchas veces constató que cuando un paciente era diagnosticado, empeoraba. Nombres como ‘cáncer', 'esclerosis múltiple' o 'enfermedad coronaria' provocaban pánico en los individuos, que sentían depresión e impotencia, y causaba impacto en la efectividad del sistema inmunológico del cuerpo.
‘Las palabras forman el hilo con el que tejemos nuestras experiencias’, dijo acertadamente Aldous Huxley.
Pese a toda la práctica que tenemos con las palabras, la mayoría no las usa muy eficazmente. Parece que las palabras y la comunicación pueden ser cosas muy distintas. Los tests indican que la persona media retiene sólo el 50% de lo que acaba de oír después de una exposición oral de diez minutos. Hacia el fin de semana, ese nivel habrá descendido al 10%.
Por otra parte, la importancia de las palabras alcanza a nuestro coeficiente intelectual : un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Georgetown reveló, en un 100% de los casos, que cuando una persona mejora su vocabulario, su cociente de inteligencia aumenta.
CUIDADO CON LAS PALABRAS CORTAS
Lo señaló el gran filósofo griego Pitágoras:
"LAS PALABRAS MÁS ANTIGUAS Y MÁS CORTAS: SÍ Y NO, SON LAS QUE REQUIEREN MÁS REFLEXIÓN".
Abel Cortese
No hay comentarios:
Publicar un comentario