"El poder de la imaginación", escribió, "puede producir enfermedades (...) y puede curarlas (...) hay males del cuerpo que pueden curarse por remedios físicos o por el poder del espíritu que actúa a través del alma". Uno de sus aforismos, escrito hace casi 500 años, no ha perdido nada de vigencia:
"El espíritu es el maestro, la imaginación es el instrumento, el cuerpo es el material plástico. La atmósfera moral que rodea al paciente puede tener una fuerte influencia sobre el curso de su enfermedad".
Es evidente el poder que le atribuimos a la enfermedad por medio de nuestros temores y las imágenes mentales que empleamos en nuestros temores.
Hoy es absoluto el reconocimiento de factores psicológicos (desesperación, pérdida afectiva, angustia) en enfermedades como el cáncer.
Uno de los más célebres especialistas en cáncer, el Dr. Carl Simonton, trabaja en colaboración con la terapeuta Stephanie Mathews-Simonton, entrenando a sus pacientes para que participen mentalmente en el tratamiento. En relación con las técnicas de relajamiento y visualización, la señora Simonton declara:
"Es probable que el instrumento más valioso que poseemos sea la técnica de las imágenes mentales.
Existen tres cosas fundamentales que pedimos a nuestros pacientes que lleven a cabo. Les pedimos que visualicen su enfermedad, que visualicen su tratamiento y que visualicen el mecanismo de inmunidad de su cuerpo.
En nuestras sesiones de grupo hablamos acerca de imaginar aquello que queremos que suceda, antes de creer que va a suceder. Parece que es importante imaginarlo de esta manera".
Abel Cortese
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